Iñaki y Ainhoa, Ainhoa e Iñaki. A sus cincuenta y pico, los tortolitos se aman como dos adolescentes. Sienten pasión el uno el por el otro. Les gusta pasar las 24 horas juntos, retozar bajo las sábanas, pasear por la playa y ponerse las botas en los mejores garitos. La vida de Urdangarin y Armentia es tan bonita como la de cualquier pareja de película, y sabemos a qué se dedican los fines de semana.
Durante los días de labor, Ainhoa continúa currando en el despacho en el que conoció a ex de la infanta. Al parecer, tiene jornada continua y por la tarde disfruta de sus niños, fruto del matrimonio que se fue al garete cuando el ex duque se topó en su vida. En cuanto a Iñaki, poco se sabe de sus labores diarias.
No tiene curro, espera con ansia los millones de doña Cristina y busca sin cesar una empresa en la que comenzar una nueva etapa. Ningún negocio quiere contar con Urdangarin en sus filas, y es comprensible. Además de sus antecedentes, el deportista cuenta con el handicap de ser conocido. La prensa está siempre detrás y eso complica las cosas.
En cualquier caso, Iñaki y su chorba se lo montan de lujo. Tal y cmo publica ElNacional.cat, la pareja suele pasar los fines de semaman en Francia, concretamente en Biarritz, donde les gusta caminar por la playa y probar restaurantes de lujo. Cuando están fuera de nuestras fronteras, Iñaki se libra de sus escoltas y esa sensación le gusta. Quiere intimidad con su chica y la encuentra en el país vecino.
Fotos: Telecinco