Iñaki Urdangarín ha pasado su peor San Valentín. Así, con rima incluida. Desde que fuera pillado haciendo manitas con Ainhoa Armentia, el todavía marido de la infanta Cristina vive su etapa más complicada. Según Pilar Eyre, el ex duque de Palma está "arruinado" y su único divertimento es pedalear su bicicleta mientras dos guardaespaldas se encargan de llevarle los 'tuppers' de comida a la puerta del curro.
El revuelo mediático que se formó a raíz de la publicación de aquellas fotos en las que aparecía Iñaki junto a Ainhoa Armentia ha traído consigo la peor de las consecuencias: la soledad de Urdangarin. Antes de que medio planeta supiese que "el duque em...pal...mado" (tal y como se definía él mismo en alguna ocasión) engañaba a su esposa con una compañera del curro, todo era felicidad, paseos por la playa y, en general, libertad para hacer cualquier cosa sin que la prensa se enterase.
Ahora, la realidad de Iñaki es radicalmente distinta. Le gustaba caminar con Ainhoa a orillas del mar, pero eso se acabó. Los tortolitos no han vuelto a tener otra de sus citas extramatrimoniales desde que su relación se hiciera pública. Durante este tiempo, Ainhoa ha hecho planes con su marido e incluso ha compartido momentos con sus amigas de Vitoria, pero no ha vuelto a encontrarse con su compañero de trabajo.
Iñaki está solo, aburrido y con la única compañía de su madre. Y por si fuera poco,"está arruinado y trabaja por 900 euros al mes", tal y como apunta Pilar Eyre. Mientras tanto, la infanta disfruta de suposición privilegiada: "Casada en separación de bienes, no solo la infanta será una mujer muy rica cuando su padre muera, sino que además en la actualidad tiene un sueldo fabuloso de la Fundación Aga Khan y otro algo menor de la Caixa", asegura la periodista.