Pablo Urdangarin es el tío por que el todas babean, y no es para menos. Cuando las fotos de Iñaki y Armentia salieron a la luz, el retoño de la infanta Cristina fue el único en mostrar la mejor de sus sonrisas ante la cámara. Comprendió desde el primer momento el trabajo de la prensa, y aunque jamás reveló detalles íntimos, consiguió encandilarnos a todos.
El carácter de Pablete es el de un perro pachón que jamás mordería a nadie. Es un chaval tranquilo, centrado en sus cosas y consciente de que lo único importante es la familia y el bienestar personal. Adora a sus padres, juntos o separados, y jamás dejará que eso cambie: "Nos vamos a querer igual", aseguró en su día, tal u como recoge Semana.
Ahora, en mitad de la polémica por el divorcio, Pablo ha encontrado el bálsamo perfecto. Comparte sus días con una joven barcelonesa de la que parece estar locamente enamorado, y cuando la prensa le ha preguntado al respecto, Urdangarin se ha mostrado tan educado como siempre.
A diferencia de sus primos, Froilán y Victoria Federica, Pablo jamás tiene una mala palabra con la prensa. Sus valores le impiden soltar cualquier improperio ante las cámaras, algo que la reina de Instagram suele hacer cada dos por tres. Ayer, el muchacho volvió a darnos una lección de saber estar al responder a las cuestiones relaciones con su vida privada.
Al ver la cámara, no salió corriendo ni miró con mal gesto a la reportera. Saludó, mostró su sonrisa Trident y confirmó estar feliz: "Muy contento con todo, gracias. Prefiero no hablar del tema". La periodista insistía y él aguantó el tipo con un campeón. En un momento dado, ella confesó sentirse mal al preguntarle sobre su vida privada, y Pablo contestó: "Tranquila, es tu trabajo".
Fotos: Gtres