Tres años de espera. Más de mil días de angustia y soledad. Jornadas eternas de calor infernal en un país en el que el jamón y la cerveza destacan por su ausencia. Esa ha sido la realidad de don Juan Carlos durante la que pudo ser la peor etapa de su existencia, pero aquel abismo está a punto de terminar. El emérito regresará a España en menos de lo que dura un telediario, y Felipe ya ha puesto en marcha los trámites necesarios.
El encuentro entre padre e hijo en el funeral de Constantino de Grecia marcó un punto de inflexión. Felipe encontró a su padre envejecido. Apenas podía caminar sin ayuda y hasta tuvieron que utilizar un carrito de golf para los traslados más largos. La salud del emérito empeora por momentos, y antes de que ocurra una desgracia, Felipe parece haber tomado la decisión de acabar con su exilio.
Si Juan Carlos falleciese en Abu Dabi, la Corona española sufriría un terremoto importante. Sería algo inadmisible que marcaría para siempre el reinado de Felipe, y para evitar riesgos innecesarios, ya se ha tejido el plan que devolverá al emérito a su tierra amada. Tal y como publica Informalia, el jefe del Estado buscaría la opción de un regreso temporal de su padre a España.
Sí, temporal, o al menos eso es lo que pretende comunicarle a Sánchez. Será en febrero y Juan Carlos no residirá en Zarzuela. Ahora, Casa Real y el Gobierno deben estudiar la operación para darle o no el visto bueno. Por su parte, Felipe, parece convencido de que el emérito necesita pasar una temporada en su país.