La icónica docuserie telecinquera de nuestra queridísima Rocío Carrasco promete quedarse a la altura del betún en comparación al estreno de la de Meghan y Harry para Netflix que directamente hará que Carlos III se atragante con su taza de té y se le corte la digestión de las pastas de la merienda.
En la primera tanda de capítulos, el matrimonio se ha puesto tontorrón y ha relatado con todo lujo de detalles cómo comenzaron a flirtear. Y es que este idilio romántico se fraguó en las entrañas instagrammeras como el de cualquier hijo de vecino.
¿Os imagináis al joven reaccionándole con un fueguito a un selfie de Meghan? Pues algo así debió de ser porque se conocieron en la red social del postureo: "Nos conocimos en Instagram", comenta Harry.
Tras algún que otro coqueteo e intercambio de los teléfonos, los tortolitos organizaron su primera cita en Londres donde el retoño de Lady Di fue de todo menos puntual por culpa del tráfico: "Estaba en pánico, enloqueciendo. Estaba sudando", relata el pelirrojo, haciendo mención al ataquito de ansiedad que recorrió su cuerpo serrano por conocer a su futura amada.
Un año después, en 2017, el príncipe anunció su boda con Markle que llegaría en 2018. Dicho sarao fue visto por los Sussex como un "reality show orquestado", tal y como ellos aseguran en la docuserie, donde cada uno de sus movimientos estuvo estudiado al dedillo.