Si el huracán Carrasco ocupó miles de titulares durante meses, el torbellino Urdangarín tiene todas las papeletas para ir por el mismo camino. En España no se habla de otra cosa. El precio de la luz, la visita de Felipe VI a Fitur o el bono joven para el alquiler han pasado a un segundo plano. Ahora el foco está sobre Iñaki y Ainhoa Armentia, la rubia con la que Doña Cristina querría hacerse un Rosa Benito: "¡Te arrastro!"
Durante las última horas se ha especulado sobre el origen de las fotos, la posible implicación de Casa Real en la publicación y la reacción de los hijos del todavía matrimonio. La realidad, sin embargo, solo es una: la que fuera Infanta confirmó ser conocedora de aquello. "Ella ya lo sabía. Está bien y tranquila. Solo le preocupan sus hijos", publicaba ayer la revista del saludo.
A juzgar por la reacción de Pablo, el hijo deportista del matrimonio, lo cierto es que da la sensación de que el escándalo no le pilló por sorpresa. El muchacho se mostró tranquilo, muy zen, como si se hubiera fumado un canutillo diez minutos antes. "Es un tema familiar, son cosas que pasan y lo hablaremos entre nosotros", aseguró.
La reacción de Don Juan Carlos y Doña Sofía
La reacción de Don Juan Carlos, todavía afincado en Abu Dabi, debió ser totalmente distinta. Tal y como asegura Informalia, Doña Cristina llamó a su padre el día anterior a la publicación de la portada para avisarle de lo que sucedería. Al ser consciente de que Iñaki habría sido infiel a su hija, el padre de Felipe VI se pilló un rebote de la leche y, según apuntan las malas lenguas, podría haberse puesto en contacto con Urdangarin para aclarar el tema.
Distinta fue la respuesta de Doña Sofía, que también recibió la llamada de su hija el martes. Según el citado medio, la pobre mujer lloró hasta la saciedad al conocer lo ocurrido. Teniendo en cuenta su personalidad, no sería de extrañar verla aparecer por Ginebra para apoyar a su retoña en este mal trago.