Pablo Urdangarin se ha salido con la suya. Estaba a punto de dejar de Barcelona y despedir a su chica hasta Dios sabe cuándo, pero los astros se han alineado a su favor. El hijo de doña Cristina podrá mantenerse en la capital catalana, al menos, durante un año. De este modo, disfrutará de su churri las horas que desee.
La relación de Pablo y Johanna corría serio peligro. El contrato del joven en el Barça estaba a punto de terminar y, al parecer, no había renovación posible. Desesperado, el hijo de Iñaki movió los hilos necesarios para lograr un contrato que le permitiese vivir del balonmano y, a su vez, estar junto a su chorba.
Tras negociar con el primer equipo del Granollers, Pablete lo ha conseguido. Está fichado y cobrará como un jugador profesional, tal y como publica Informalia. Es decir, Pablo ganará un sueldo digno y, para más inri, no tendrá que separarse de su chica. Quién sabe, puede que ahora decidan comenzar su vida en pareja.
Sin duda, se trata de una buena noticia para el muchacho. Mientras tanto, sus padres esperan a la mayoría de edad de Irene para firmar el divorcio. Iñaki desea con ansia recibir la pasta y, según las malas lenguas, don Juan Carlos podría haber charlado con él al respecto.