Así lo exigen la normativa. La Familia Real Española debe informar, a través de su apartado de Transparencia en la web oficial, de todos y cada unos de los regalos recibidos a lo largo del año. Así pues, Letizia y Felipe no pueden quedarse con ninguno de los obsequios recibidos sin que los españoles nos enteremos.
No es más que una fórmula para demostrarle al ciudadano que en Zarzuela no hay ocultismo alguno. Nos venden una imagen de claridad y transparencia, y aunque siempre hay espacio para la duda, debemos quedarnos con lo único importante: el cotilleo. Gracias a la lista de regalos que los monarcas hacen pública, podemos chismorrear sobre cada uno de ellos.
Según se lee en el portal de Casa Real, los miembros de la Familia Real "no aceptarán para sí regalos que superen los usos habituales, sociales o de cortesía, ni aceptarán favores o servicios en condiciones ventajosas que puedan condicionar el desarrollo de sus funciones". Dicho esto, vamos al lío.
En los que respecta a las joyas, llama especialmente la atención el juego de pendientes, collar, anillo y pulsera que recibió por parte del emir de Catar, el jeque Tamin Bin Hamad al Thani, y su esposa, la jequesa Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Al Thani. Se desconoce el precio exacto de dichas joyas, pero no hay que ser muy listo para intuir que la cifra tiene varios ceros.
Durante el año, también recibió ropa de todo tipo: camisetas, sudaderas, pañuelos, bolsos, vestidos, un abanico, polos de la Selección Española de Waterpolo femenina y masculina, un poncho, zapatos y un largo etc. Además, le reglaron libros, juegos de té y alfombras.
Durante la Cumbre de la OTAN, en junio de 2022, Brigitte Macron le obsequió con un bolso que, con toda probabilidad, cuesta un pastizal.
Fotos: Gtre