Isabel Preysler no es solo uno de los rostros más estilosos del país (con el permiso de Carmen Lomana) sino que, de vez en cuando, nos suelta algún titularcillo del modo más elegante posible. Esta vez, ha hablando sin tapujos sobre los rumores de boda de la marquesita, Tamara Falcó y del consorte, Íñigo Onieva.
Isabel (Preysler y no Pantoja) ve menos necesario ese posible enlace que mezclar la fruta escarchada con un buen turrón de Nestlé como postre navideño: "No le hace falta casarse", confiesa la socialité. Aunque, para su pena (penita, pena), tiene todas las de perder. Cuando una periodista le pregunta si ve cercano el bodorrio, ella no lo duda: "Por supuesto".
No es de extrañar que Isabel haya acabado hartita de tanta boda. La reina de las socialités ha pasado por el altar hasta tres veces. La primera fue con el latin-lover Julio Iglesias, después con Carlos Falcó (papi de Tamara) y completó la trilogía con Miguel Boyer.
Por otro lado, hay que recordar que la relación de Tamara e Íñigo ha tenido más polémica que el noviazgo "carpeta" de Cristina Porta y Luca Onestini en 'Secret Story'. Desde que compartieron su historia de amor con la humanidad (y con los paparazzis), los rumores de que Íñigo llevaba una vida de fiestas, mujeres y desenfreno, cual Kiko Rivera en sus años mozos, subieron como la espuma.
La new marquesa de Griñón hizo oídos sordos a la rumorología y no soltó a su churri de la mano. Puede que su mami (Isabel) sí estuviera pendiente de los titulares sobre la vida que llevaba su yerno del alma y no tenga tantas ganas de celebrar una macroboda (ya que el concepto de boda íntima lo desconocen), con lo que a ella le gusta un sarao y una portada en '¡Hola!'.