Nuevo varapalo mediático para doña Cristina. Si ya quedó retratada como la cornuda de España cuando las polémicas fotos de Iñaki y Ainhoa vieron la luz, ahora la Infanta es el hazmerreír oficial de la nación. Es duro y suena feo, pero es cierto. Al parecer, la hija de don Juan Carlos tendrá que pagar los caprichos de los tortolitos a cambio de discreción.
Iñaki está arruinado y adora la buena vida. La Infanta acostumbró al que fuera su marido a comer en buenos restaurantes, a practicar esquí cada temporada y, en resumen, a vivir a todo trapo. Ahora, el ex duque comparte sus días con una mortal sin posibles ni reconocimiento social, lo que se traduce en algo obvio: no tienen parné suficiente para malgastarlo en cualquier chiringuito de Formentera.
No lo tienen, pero Urdangarin está dispuesto a conseguirlo. Tal y como publica Lecturas, a Iñaki le habrían ofrecido hasta dos millones de euros por rajar sobre su matrimonio en un libro. Y claro, a ver quién se resiste a dos millones. La propuesta era jugosa, pero Cristina, al enterarse, frenó cualquier posibilidad de que sus intimidades fuesen aireadas.
Según Pilar Eyre, la hermana de Felipe VI pagará una pensión a su ex a cambio de cerrarle el pico. Ese es el trato. En abril, Urdangarin firmará una serie de cláusulas de silencio si quiere percibir una pensión por parte de su ex. De este modo, Ainhoa y el ex duque se aseguran un sueldito Nescafé con el que pagar sus caprichos.