Urdangarin y su querida novieta viven en una luna de miel constante. Es habitual verlos paseando por Vitoria, adoran retozar en las playas francesas y hasta han visitado Baqueira, uno de los lugares favoritos de la Infanta Cristina. Lo que parecía un 'affaire' entre compañeros de trabajo ha terminado siendo una relación para el resto de sus días, y hay una prueba que así lo confirma: tienen un piso en común.
Los tortolitos todavía no comparten nido, pero todo apunta a que no tardarán en hacerlo. En este momento, Iñaki prefiere estar alojado en casa de su madre para cuidarla cuando así lo necesite. Ainhoa lo respeta, y además, ella desea pasar tiempo a solas con sus dos hijos adolescentes.
No viven bajo el mismo techo, pero sí tienen un escondite que comparten cuando están libres de cargas familiares. Tal y como publica ElNacional.cat, la parejita ha alquilado un piso en una lujosa urbanización con intención de hacerse con él: "Es una inversión de compra... En una buena zona de la ciudad, en una de las urbanizaciones más selectas y tranquilas".
Iñaki Urdangarín y Ainhoa Armentia - collage poprosa
A juzgar por los ingresos de Urdangarin, resulta bastante extraño que se haya metido en semejante berenjenal. Al parecer, percibe 900 euros al mes, no tiene bienes en propiedad y tampoco ahorros. Aseguran que el ex duque no tiene ni una perra gorda, sin embargo, parece que el amor que siente por Ainhoa es más fuerte que cualquier problema económico.