Cualquier niña desearía convertirse en princesa, pero no saben lo que dicen. En los cuentos no aparece la otra cara de vivir en palacio. Todo es fantasía, color y belleza. Todo son vestidos de tul, trenzas XXL y príncipes esbeltos de los que enamorarse. Pero de eso nada, monada. La vida real es diferente, y si no que se lo pregunten a Leonor.
Sí, la muchacha tiene el privilegio de no tener que preocuparse por la factura de la luz en su puñetera vida, pero no compensa. Está siempre en el punto de mira, no ha podido elegir su futuro y, para colmo, siempre está acompañada por varios hombres que ni siquiera son sus amigos.
Se trata de la escolta personal de la Borbona. Tal y como publica Informalia, son tres seguratas que hacen turnos a lo largo del día para protegerla a todas horas. No hay un solo segundo en que la niña esté fuera de la vista de sus gorilas, y aunque está acostumbrada, es imposible que aquello le resulte cómodo.
La escolta de Felipe y Letizia - Gtres
Imagínense la estampa: Leonor, de cita con un chavalote en el colegio de Gales mientras los escoltas vigilan con atención cada movimiento del muchacho. Vamos, para meterle morro a la princesa hay que ser un auténtico kamikaze. ¡Já!