“Dearly beloved, we are gathered together here, in the sight of God and in the face of this congregation…” uys que se me ha ido, perdón, es que ya me estoy imaginando yo el bodorrio completo. ¿Qué boda? Habemus boda: se casa Guillermo de Inglaterra. Sí “el heredero del heredero”, así, resaltándolo. Ays, para una dama inglesa de corazón como yo es que no me cabe la emoción en los empastes todos. Ya me voy yo reservando vuelo para el verano que viene para aclamarlos en su paseo en calesa dorada.
Es que además los british son muy suyos para estas cosas de pompa y boato, y seguro que harán un bodorrio de los que hacen afición, con roastbeef y yorkshire pudding y todas esas cosas. Que me alegran las bodas un montón y esta como que más. Que son royalties, pero chicos jóvenes y normales (todo lo normal que se puede ser) e ideales, que ella mira que es mona. Y modernos, muy modernos, que la monarquía tiene Twitter y Facebook y todo eso. Tradicionales sí, pero también les van las nuevas tecnologías.
Y ahora todo el mundo a fijar la vista en el pedrusco que la prometida oficial Kate Middleton lleva haciendo juego con su vestido: es el mismito que Carlos le dió a Lady Di el día de la pedida… Ays, que Guillermo de Inglaterra le da a la chica el anillaco de zafiro y brillantes de su madre, con su explicación: “asegurarme de que mi madre no se pierda un día como el de hoy”. Esperemos que esta pobre muchacha tenga más suerte que la difunta. Bueno, os dejo que voy a ir eligiendo pamelas.
Vía | British Monarchy
Foto | Twitter/ClarenceHouse
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