Mientras Iñaki y Ainhoa organiza su bodorrio, la infanta Cristina continúa inmersa en su proceso de superación. Aquellas imágenes de su marido paseando con otra por la orilla del mar la dejaron en shock, y todavía hoy, más de un año después de aquello, la hija de don Juan Carlos arrastra las consecuencias psicológicas.
Enterarte de unos cuernos es duro, pero hacerlo con toda España como testigo es demoledor. Aquel miércoles de enero, cuando la revista Lecturas publicó en exclusiva el paseo de Iñaki junto a su amante, fue el peor día para doña Cristina. No podía creerlo. Era él, su esposo. El mismo hombre al que visitó cada día en prisión mientras la opinión pública machacaba a la monarquía se la había jugado, y bien jugada.
Al salir de la cárcel, Urdangarin encontró se hizo un hueco en un despacho de abogados de Vitoria, y allí conoció a la que será su futura esposa. Sin mayor remordimiento, se enrolló con Ainhoa mientras la infanta Cristina hacía su vida en Suiza. Es cierto, el matrimonio no pasaba por su mejor momento, pero Iñaki lo hizo mal, muy mal.
La atracción que sentía por Ainhoa le nubló el pensamiento. No midió la repercusión que podrían tener unas imágenes en las que apareciese él con otra mujer, y entonces sucedió. Las fotos salieron a la luz y Cristina se hundió en la más profunda tristeza. Buscó ayuda psicológica, tomó la decisión de divorciarse y ahora está a punto de formalizarse el acuerdo.
Cuando Irene cumpla los 18, el matrimonio se disolverá y Cristina dará un paso más hacia la estabilidad emocional. El divorcio es un trámite necesario para superar el engaño, y se hará realidad en menos de los que dura un telediario. Además, Iñaki estaría deseando volar libre para poder anidar junto a su nueva tórtola, Ainhoa Armentia.
A raíz del divorcio comenzará la nueva vida de la infanta, pero no será fácil. Su adorada hija, la pequeña Irene, está a punto de terminar el bachillerato y lo más probable es que continúe su vida académica lejos de Suiza, tal y como apunta ElNacional.cat. Es decir, Cristina se quedará sola, lejos de los suyos, en un país frío y oscuro.
Fotos: Gtres