Victoria Federica es una de las 'influencers' más cotizadas del momento, y no es para menos. La Borbona tiene el poder de convertir en oro todo lo que toca. Es algo alucinante. Cualquier producto vinculado a la retoña de la infanta Elena es un éxito de ventas. Una falda, un pantalón o las braguitas menos sexys del planeta. No importa qué, solo importa ella.
Su capacidad para generar titulares es de otro planeta y las marcas de pegan por ficharla. Le llueven críticas cada día, pero la cantidad de medios que recogen cualquiera de sus movimientos genera el mayor de los alcances. Es decir, todo el mundo sabe qué bolso lleva Victoria, más allá de que sea pretencioso, caro o simplemente inalcanzable para el común de los mortales.
Y sí, los complementos que luce la nietísima de don Juan Carlos suelen ser lo más top del mercado, pero poco influye eso en la actitud de Vicky con quienes le rodean. Tiene fama de engreída, chula y algo pedante, pero nada de eso es cierto. Tal y como ha podido saber este medio, Vic es una muchacha normal, agradable y sin aires de grandeza.
Quién sabe, puede que en la calle se transforme, pero en el ámbito laboral es un cielo de niña. Así lo transmite alguien que conoce bien cómo fue currar con Vic en la campaña publicitaria de Mó: "Con Victoria Federica la gente ha salido super contenta. Super educada, muy fácil trabajar con ella. Todo le parecía bien".
Al parecer, la joven no puso impedimento alguno a la hora de hacerse las fotos estipuladas. No pidió percebes en el catering ni flores frescas en su camerino, como hubiera hecho la Pantoja. Se mostró sencilla, obediente y siempre consciente del trabajo de todo un equipo.
No pasó lo mismo con María Pombo durante la pasada campaña. La famosísima 'influencer', la misma que parece un encanto a través de 'stories', no lo puso demasiado fácil a la hora de rodar: "El año pasado fue la Pombo y todo el mundo habló fatal, con Victoria ha sido todo lo contrario", nos dicen.