Ya es oficial. Doña Cristina es conocedora de la relación que su hijo mantiene con una joven y bella barcelonesa, y aunque no pertenece a ninguna saga Real, parece bastante contenta con la elección de su retoño. Posiblemente hubiera preferido ver a Pablete de la mano de una marquesa, pero el corazón del niño no entiende de clases sociales.
A diferencia de Elena y Cristina, sus hijos no entienden de castas. Vic y Froilán son pijos, sí, pero salen con todo pichipata por Madrid y su única preocupación es que nunca falte el champán en sus mesas. Los Urdangarines, lejos de correrse las mejores juergas, pasan las horas bajo el flexo labrándose un futuro. Todos ellos parecen tener aspiraciones académicas y saben que para llegar a la meta hay que empollar.
Pablo, además de estudiar, dedica la mayor parte de su tiempo al deporte. Desea convertirse en la estrella que fue su padre y está dispuesto a sacrificar cualquier cosa para lograrlo, excepto su amor por Johanna. La pareja está ahora en su momento de enamoramiento máximo, y Pablo, ni corto ni perezoso, ya le ha contado a su madre que tiene churri.
Pablo Urdangarin - Gtres
Este miércoles, tanto Johanna como la infanta acudieron a ver al muchacho a uno de sus partidos. Al terminar, los tres mantuvieron una conversación y Cristina, incluso, besó y abrazó a la novieta de su hijo. A juzgar por la confianza que aparentaban tener, todo parece indicar que ya se conocían. Y teniendo en cuenta que Johanna y Pablete iban juntos a clase, no hay mayor misterio.
Tal y como publica Informalia, la Infanta se mostró amable y cariñosa con su nuera. Al parecer, está orgullosa de que su hijo, el guaperas al que acusan de ser un ligón, haya sentado la cabeza con una buena moza.
Fotos: Gtres y Lecturas