Hay que ver lo que disfrutamos con estas alfombras rojas por las que desfilan los royals, y esta vez, y sin que sirva de precedente (o sí) en Holanda no nos tocó una alfombra naranja, no, sino azul como sus reyes y como la sangre que corre por las venas de (casi) todos los que la pisaron con garbo y galones. No os esperéis gran cosa, es una coronación, no una boda, y corren tiempos sobrios, pero de todo hubo poproseros.
Empezamos por Alois y Sofía de Liechtenstein, él con su chaqué y su banda y ella con un vestido verde de lo más sobrio que completaba con un tocado más sobrio aún. Alguna plumilla o algo no habría estado de más
Matilde de Bélgica suele ser de las que me dejan de lo más indiferentes en este tipo de actos, pero debo reconocer que la elección del color esta vez ha sido un acierto con todas las letras. La pamela unos tonos más clara era el complemento perfecto.
Yo no sé qué me pasa con Mette-Marit de Noruega que me puede gustar el vestido, como es el este el caso, pero luego siempre le hace un cuerpo raruno. En esta ocasión el tejido y el estampado es precioso, pero le hace jorobilla y poco cuello. Lo mismo otro corte que no le acentúe tanto la cintura alta...
Mary de Dinamarca ( y su Federico que es adorable) fueron los más elegantes anoche y el vestido de hoy es simplemente espectacular, aunque supongo que los puristas dirán que es poco sobrio para una ocasión de tan alta alcurnia. Yo quiero uno igual para una boda.
A ver, atentos a lo que voy a decir porque no lo voy a repetir: me encanta el tocado de Camila Duquesa de Cornualles, es más su traje de ayer me encantaba y me parece que hoy iba muy correcta con su azul bebé y su tocado de plumas. Sí, no es nada nuevo, pero el estilo le pega a la perfección.
Once años hemos tenido que esperar para ver a Naruhito acompañado de Masako fuera de su país. Ella totalmente sobria y con las arrugas haciéndole un flaco favor, pero a mí ya me vale por verle la cara de felicidad.
La primera en llegar fue la Jequesa Moza de Catar, que en su línea de "todo de un color" fue de azul marino completo, con turbante, capa y cirugía a juego, porque madre, no creo yo que quede en esa cara recauchutada nada de como era originalmente. A ver, algún invitado que nos cuente la textura de ese cutis.
El príncipe Al-Muhtadee Billah de Brunei y la princesa Sarah son de los que por "tamaño" resultan entrañables en una alfombra real. Ella llevaba un vestido con un tejido espectacular, sin novedades respecto a lo que suele llevar habitualmente.
La Princesa Beatriz, hasta ayer Reina, optó por hacer juego con la alfombra, la nueva reina y sus nietas con un vestido con un tejido brocado espectacular. Siempre me he preguntado si tiene un único sombrero y los forra cada vez que va a salir, porque el modelo es siempre el mismo.
Con las pamelas de Victoria de Suecia ocurre lo mismo: pide siempre el mismo modelo sin apenas variaciones, aunque en esta ocasión se largó un florón de cuidado arriba. El vestido, pues sosete como siempre va ella, aunque la concesión de la abertura ya es un avance.
Es muy raro ver al Príncipe Vajiralongkorn de Tailandia en estos saraos, se ve que le suele venir mal... la cosa es que en esta ocasión acudió con su hija la princesa Maha Chakri Sirindhorn que yo creo que bien podía haberse bajado la falda unos tres dedos y no llevarse los zapatos de descanso.
Bueno, esto es todo por esta alfombra, con eso de que no acudieron "extraños" se nos ha quedado algo sosa, ¿no? ¿Qué opináis vosotros?
Fotos | GTres
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