Victoria vuelve a ser portada. La nietísima de don Juan Carlos, adicta a los saraos nocturnos y protagonista indiscutible de la crónica social, posa esta vez junto a su amiga del alma, Rocío Laffón, en su revista de cabecera.
Vic y Ro, Ro y Vic, son insaperables. Comparten gustos, aficiones, armario y la mayor parte de su tiempo. Son Zipi y Zape en su versión más pija. Les gusta hacerlo todo juntas y su complicidad es única, pero hay algo que jamás compartirían: los hombres.
Esta mañana, España amanecía con la Borbona en portada. Junto a ella, Rocío, la amiga sevillana que la acompaña en cada una de sus aventuras. Se conocen desde niñas y el vínculo que las une, según dicen, es irrompible: "Mi padre y su madre, la infanta doña Elena, comparten afición por los caballos y nos veíamos mucho en Sevilla por ese motivo, y cuando Vic empezó a montar también allí, se quedaba siempre en mi casa”, relata Rocío.
"Desde el minuto uno supimos que seríamos amigas. No tuvimos ni que intentar conectar... Fue como un flechazo”, asegura Vic. Desde la infanca, están unidas en cuerpo, alma y armario: "A veces tenemos peleas como “tienes mi camiseta, tienes mi pantalón… y justo me lo quería poner hoy”", cuentan entre risas. Sin embargo, jamás han discutido por un chico.
Es su regla de oro. Los chicos no los comparten. Su amistad es más fuerte que cualquier amorío y ningún chorbo podría entorpecerla: "Nunca nos ha gustado el mismo. Tenemos gustos muy diferentes y los que le gustan a Vic a mí no, y los que le me gustan a mí a ella tampoco", confiesa la sevillana, hija del empresario Manuel Laffón Parias y de Rocío Molina Montes.
Maromos no, pero proyectos de vida sí. Ambas sueñan con crear un futuro juntas en comañía de sus respectivas familias: "Será estupendo si para dentro de diez años tenemos un novio, un marido e incluso algún hijo, además de una carrera profesional estupenda. Aspiramos a tener éxito tanto en lo profesional como en lo personal. Pero, sobre todo, ojalá seamos igual de felices que ahora", cuentan.
Fotos: Gtres / Portada Hola