Pablo Urdangarin es uno de chavales más deseados del país. Al igual que su hermana Irene, el muchacho ha sufrido una transformación radical en los últimos años que nos ha dejado boquiabiertos. Ahora tiene bíceps, tríceps, tableta y unos ojos azules de lo más sensuales. Su forma de vestir ha cambiado, luce un peinado más actual y ha dejado atrás las gafas de pardillo de instituto estadounidense.
En definitiva, Pablo ha pasado de patito a cisne en cuestión de dos años, y para colmo, es un tío educado que jamás tiene un mal gesto con la prensa. Aunque intenta evitar las preguntas, siempre sonríe y sale airoso del cuestionario. El chaval sufre porque no le gusta hablar de los suyos, pero lo cierto es que sabe gestionarlo con entereza y cierta ternura.
Que sí, que Pablo es un cielo de niño, pero eso no es lo que importa ahora. El tema es que el hijo de Iñaki acaba de mudarse a un dúplex de soltero situado en Barcelona, su ciudad natal. A sus 22 años, el joven ha dejado la residencia deportiva en la que ha vivido los últimos meses y ahora reside en un pisazo de la leche con piscina comunitaria.
Pablo Urdangarin - Gtres
Tal y como publica Okdiario, el pisito de soltero se encuentra en una urbanización de Sant Joan Despí, localidad próxima a la ciudad deportiva del Barça. Al parecer, Pablo ocupa la segunda planta del dúplex, una estancia amplia con baño privado donde también se alojan sus hermanos cuando están de visita.
En la planta baja, viven dos compañeros del club. Es decir, se trata de un piso compartido entre colegas, solo que Pablete paga un poco más por disfrutar de la estancia más amplia de la casa. Y sí, en casa de Urdangarin también se celebran fiestas, pero no demasiadas. Debido al deporte, tanto él poco sus compis tienen que cuidar la línea.
Fotos - Gtres