Irene Urdagarin es una de las mujeres del momento. A sus 17 años, la hija de Iñaki y doña Cristina deslumbraba hace un par de meses en el entierro de Constantino de Grecia. Aquel era un día gris, pero Irene logró iluminarlo con esa melena rubia que tanto alabó la prensa internacional. Su estilo y personalidad conquistaron a todo el planeta, y ahora, tiene todas las papeletas para convertirse en una 'influencer' de éxito.
Se dijo que la Urdangarina no tenía ningún interés en convertirse en una estrella de los photacalls, pero la historia ha cambiado. Irene ha apartado la venda de sus ojos y ha descubierto un mundo nuevo. Una galaxia en la que vive su prima, Victoria Federica, plagada de privilegios, viajes de infarto y mucho postureo.
El universo del faranduleo tiene su encanto, y la hija de doña Cristina podría estar planteándose abrir su perfil de Instagram cuando alcance la mayoría de edad. Tal y como publica ElNacional. cat, Irene podría seguir los pasos de su prima pese a la negativa de la Infanta, que repudia todo lo que tenga que ver con la exposición mediática.
Haga lo que haga, la muchacha siempre será un verdadero bellezón. Puede que decida lucrarse a través de su imagen o, quién sabe, quizás comience una ingenieria y se convierta en una reputada profesional con un sueldo nada desdeñable. En cualquier caso, está claro que la Urdangarina será una anciana muy resultona, o al menos así lo demuestre la inteligencia artifical.
El antes y después de Irene Urdangarin