Fue hace poco más de una semana cuando os salseábamos que Tamara Falcó e Iñigo Onieva habían decidido dar un paso en su mediática relación y comenzar la ardua tarea de organizar su bodorrio. Tal y como aseguraron desde 'ABC', el empresario le plantó un anillaco a la retoña de la Preysler en el Palacio del Rincón y ella aceptó sin dudarlo.
Aunque ninguna de las partes de la parejita lo ha confirmado públicamente, las últimas declaraciones de la socialité en 'El Hormiguero' fueron telita de reveladoras: "Me hace ilusión que me lo pida, yo soy clásica", expresó la marquesita. "Si yo me compro unas aletas es que quiero nadar, y si voy a ver vestidos de novia es que me quiero casa", le espetó uno de los colaboradores ante los numerosos rumores sobre su compromiso.
"No, es que me interesaba verlos, porque son bonitos y grandes", reveló la supuesta novia.
Sin embargo, todo apunta a que este enlace deluxe podría quedarse en un mero espejismo. Según han cotilleado algunos medios como 'Trendings', Falcó ha explotado contra su churri y ha mandado a freír espárragos tanto a él como a su idea de pasar por el altar.
¿El motivo? Onieva se ha dejado ver en un festival en Estados Unidos sin Tamara, y pregonando a los cuatro vientos su reciente soltería.
La propia fuente del notición desconoce las intenciones de Iñigo con este testimonio puesto que los tortolitos no han anunciado en ningún momento su ruptura. Por un lado, lo justifican alegando que sería verdad y así tendría vía libre para tirarle la caña a cualquier ser viviente que se le antoje o por el contrario, para mantener el anonimato por esos lares. Esto último no tendría sentido ya que a él no lo conoce ni Dios al otro lado del charco.