Si Isabel Preysler es la reina de los corazones, su retoña Tamara Falcó es la queen de las rupturas. Fue el pasado septiembre cuando la televisiva dio carpetazo al que fuera su amante bandido Iñigo Onieva tras hacerse pública la infidelidad de este a golpe de morreo apasionado en un festival de Nevada que desembocó en la cancelación de su compromiso, ese que anunció horas antes de conocerse la deslealtad, y la venta del anillo por 'Wallapop'.
"Que sepas que me da igual si han sido seis segundos o un nanosegundo en el Metaverso, como esto sea verdad, aquí se acaba todo", le llegó decir la marquesita a su fiestero empedernido al enterarse del bombazo. Y no se equivocó porque la relación terminó.
A partir de ahí, pensamos que Falcó había sustituido los paquetes de Kleenex y las tabletas de chocolate, instrumentos indispensables para sobrellevar una ruptura, por la compañía de Hugo Arévalo, colegui no tan colegui de Onieva y quizá el nuevo motivo de su sonrisa. PERO NO.
Hoy miércoles 4 de enero Tamy ha confirmado la reconciliación con Iñigo después de que '¡Hola!', misma revista donde hace siete días Isabelísima mandó al garete su noviazgo deluxe con Mario Vargas Llosa, lo gritara a los cuatro vientos en su portada. Hecho que la ha llevado descolgar el teléfono y corroborarlo en 'Diez Minutos': "Es verdad, hemos vuelto", le ha confesado al citado medio.
Pero, ¿cómo re-engatusó el muchacho el corazón de loba herida de su ex-prometida? Tal y como salseó Pilar Vidal en 'Sálvame', habría sido en el último reencuentro de la parejita en la Misa del Gallo de la Parroquia de Puerta de Hierro del 24 de diciembre donde ambos decidieron darse una segunda oportunidad. O más concretamente, Tamy cayó rendida ante los esfuerzos desesperados de Onieva por reconstruir lo que una vez rompió a golpe de morreo festivalero.