Este sábado, en Palm Beach, Florida, han pasado de ver las procesiones de Semana Santa (superconocido el Cristo Quarterback y la Virgen de las Animadoras) porque había un evento aún más ostentoso, con más oros y ropajes extravagantes: la espectacular boda del hijo mayor de Victoria y David Beckham, Brooklyn, y la ricachona Nicola Peltz, que acogió la ceremonia en su pedazo de casoplón.
El amor no solo ha llevado al altar a Nicola y Brooklyn en este enlace sin olor a ajo al que asistieron personajazos de primer nivel como Serena Williams, Eva Longoria o Gordon Rambpsey, el Chicote americano. Sino que también ha llevado a la pareja a hacer grandes sacrificios. Tras que Peltz cediera en honor a su churri a poner en bucle varias canciones de las Spice Girls, ahora ha sido el Beckham quien ha querido tener un romantiquísimo gesto con su pareja después de esta boda al más puro estilo 'Los Bridgerton' del siglo XXI.
Tal y como ha publicado 'The Sun', Brooklyn (que, puestos a tener un nombre de barrio, de ser sevillano se llamaría 'Triana' o de ser madrileño podrían haberlo bautizado como 'Lavapiés') ha querido romper con los esquemas del patriarcado y acogerá el apellido de su esposa en vez de que sea al revés. A partir de ahora, en su documento de identidad pondrá Brooklyn Joseph Peltz Beckham. ¡Menos mal que ya se ha graduado, que si no ocuparía él solo una página entera del anuario!
“Brooklyn está perdidamente enamorado de Nicola, es una gran señal de su compromiso con ella y de su amor por ella”, han garantizado desde el diario que se ha hecho eco de este cambio de nombre como primer acto de amor post-boda que no descartemos que haya sido una locura de borrachera adoptada por el hijo de los Beckham en vez de tatuarse una letra china en el culo o coger el primer vuelo que saliera del aeropuerto para huir del matrimonio.