La pareja que formaban Kiki y Sara no ha corrido la misma suerte que la de sus tocayos Kiko y Shara (que parece como la versión de AliExpress de sus nombres). En plena vorágine de rumores sobre la supuesta relación de la influencer Rocío Osorno e Iker Casillas, parece ser que el cantaor Morente y la periodista Carbonero han decaído en cuanto a pelar la pava últimamente. ¿Está rota la relación o tan solo están dándose un espacio de esos que comienzan con un "no es por ti, es por mí"?
Algunos chivatillos del entorno de Sara aseguran a el diario 'El Español' que su relación de algo más que amigos con el gitanito "se ha enfriado" como una tapa de cayos en plena Laponia. No obstante, parece ser que la complicidad entre Carbonero con Morente perdura cuando están rodeados de otros colegas aunque, eso sí, las citas en petit-comité y en room-privé se han acabado, ¡y no quedan ni siquiera más mercancías en el almacén!
Se ve que ambos se han relajado en cuanto al mariposeo que sentían en el estómago al estar juntos: "Ellos nunca quisieron ponerle nombre a lo que sentían y han vivido, y viven, el día a día, pero es verdad que en los últimos meses algo ha cambiado. También es verdad que los dos están muy volcados en sus respectivos trabajos y eso quita tiempo", les cuentan a nuestros compañeros que se han hecho con esta información.
Uno de los síntomas más esclarecedores sobre lo mucho que a Sara se la trae al pairo Kiki Morente es que la Carbonero aún no le ha llevado a su pueblo natal a conocer a la family, los lugares donde correteaba de cría y donde tanto le costará ir sin pelear con los niños (a los que nunca gusta, por norma general, despegarse de la metrópolis): "Si de algo se siente orgullosa Sara es de sus raíces y sorprende que Kiki no haya sido visto por aquí aún o compartiendo ratos, comidas o paseos con Goyi (la madre de Sara)", relatan desde su círculo más próximo.