La otra gran pandemia, la más contagiosa, vuelve a subir su incidencia en el mundillo del cancaneo. El bichito del desamor ha vuelto a atacar con fuerza (tercera, cuarta o vigésima vez que se contagian) a Laura Matamoros Flores y a Benji Aparicio, que han puesto fin a su relación de forma definitiva cinco meses después del nacimiento del segundo hijo que tienen en común, Benjamín.
Tras seis años de relación más intermitente que el estado de ánimo de un eurofan en España, la Mata-amores y su hamburguesero sexy Benji han decidido tomar sus vidas por separado, según ha podido saber la revista 'Semana'. La pareja ya atravesaba una crisis desde hace unas semanas, durmiendo en camas separadas (a lo Bigote-María Teresa) y sin compartir siquiera las vacaciones de Semana Santa.
El motivo de la ruptura, por tanto, ha sido la imposibilidad de levantar el vuelo después de este distanciamiento mutuo. Laura se ha quedado en el hogar donde se están criando sus dos mozuelos y Aparicio ha optado por irse con papá y mamá a la habitación de cama individual con sus pósters de Pamela Anderson donde dormía de pequeño.
Tal y como refleja la revista que ha dado el bombazo, la hija de Kiko Matamoros (que lo sigue siendo aunque se empeñe en poner Laura M. Flores en sus perfiles de redes para desvincularse de la marca del patriarca) y su exchurri van a una en lo que la educación de sus hijos se refiere. Es por eso que la pareja ha decidido dejar rencores aparte y tener una buena relación para que sí Matías y Benjamín no sufran la separación de sus padres.