Si algo hemos aprendido gracias a escuchar tantas canciones del verano, es que esta es una época en la que el amor florece por las esquinas. Que parece que tú vas a un chiringuito y, con tu cerveza, te regalan una pareja en vez de una tapa (nosotros, para qué engañarte, preferimos la tapita).
Pero no todo va a ser bonito. Porque en esta época del año también llega el desamor, y si no que se lo pregunten a Julia Janeiro Campanario, la ilustrísima hija de Jesulín de Ubrique y María José Campanario que, desde que cumplió la mayoría de edad, no ha dejado de darnos temas jugosones de los que hablar.
Y es que, según explica en exclusiva la revista 'Diez Minutos', ella y su novio, Brayan Mejías, no parecen estar pasando su mejor momento de la relación. Ni mucho menos. De hecho, incluso parece que podrían estar planteándose "tomar caminos separados", señala la publicación. Qué metáfora más bonita para decir que están hartos el uno del otro y que quieren que el otro se vaya por donde ha venido...
¿En qué se basa la revista para dar esta información? Además de la información que les ha llegado, hay una pista clave que es pública: sí, Instagram. La gran chivata del siglo XXI. Porque, aunque continúan siguiéndose el uno al otro, ambos han borrado todas las fotografías que tenían juntos.
La relación comenzó como un flechazo y fue como una flecha. Era en San Valentín, aprovechando la fecha, cuando Julia hacía el anuncio en su perfil de Instagram: estaba (y no sabemos si sigue) enamorada de Brayan Mejía. Todo un Maluma de 21 años, nacido en Murcia, que juega como defensa en el Real Aranjuez C.F., un equipo de tercera división.
MEJOR DEL PARTIDO | Brayan elegido como el Hombre del Partido por su destacada actuación. #VamosAranjuez #OrgulloRibereño #SomosDeTercera pic.twitter.com/CvajUzdhM8
— Real Aranjuez CF (@realaranjuez) May 9, 2021
Pero su amor... ¿Seguirá estando en primera división? ¿O directamente se habrá descalificado? ¿Estarán en semifinales compitiendo contra otros equipos por ver cuál es el ganador? No lo sabemos. Pero lo que sí nos sorprende es la cantidad de metáforas deportivas que acabamos de sacarnos de la manga... Nos habrá llegado un aire de Tokio.
Foto de cabecera | GTRES