Este verano lo gozamos con el ansiado "Yes, I do" de Jennifer López y Ben Affleck. La parejita pasó por el altar hasta en dos ocasiones, porque solo una es para plebeyos, y desde entonces no paramos de verla juntita y revuelta tanto en sus apariciones públicas como en sus post pastelosos de Instagram. Sin embargo, esto podría ser solo un mero espejismo.
Ya os salsemos desde Poprosa cómo una fuente cercana al matrimonio le reveló al 'Heat World' que el intérprete se había convertido en la "marioneta" de su churri además de no ser tan feliz como nos vende: "Todos, incluido Ben, sabían lo que implicaba casarse con Jennifer, pero es difícil creer que él es 100 por ciento feliz cuando se ve tan incómodo y perdido. Se convirtió en la marioneta de JLo, al igual que todos los demás antes que él", expresó el informante cotilla.
Pero una nueva nube gris se avecina sobre Affleck y la diva del Bronx. Y es que no paran de poner a parir a la muchacha por adoptar el apellido de Ben tras el matrimonio. Aspecto que no entiende la cantante y así lo ha hecho saber en su última entrevista para 'Vogue':
"¿Qué? ¿En serio? La gente todavía me va a llamar Jennifer López, pero mi nombre legal será Sra. Affleck porque estamos unidos. Somos marido y mujer. Estoy orgullosa de eso. No creo que eso sea un problema", confesó.
A su vez, la actriz ha dejado clarinete que ella tampoco le exigió a su maridín que adoptara su apellido: "¡No! No es tradicional. No tiene ningún romance. Se siente como si fuera un movimiento de poder, ¿sabes a lo que me refiero? Tengo mucho control de mi propia vida y destino y me siento empoderada como mujer y como persona", sentenció.