Jesús y Marina, los sevillanos, son la pareja más consolidada del reality y están a punto de estrenarse como la primera gran cornamenta de esta tercera edición. ¡Cinco añazos de relación!. Llevan ya varias rupturas a sus espaldas, dos cuernazos por parte de Marina, desgastes, etc. Ella, por lo que se ha visto durante sus primeras 24 horas en 'La Isla de las Tentaciones', tiene la intención de mantener la línea, pero no comiendo 'Activia' precisamente... Comiéndose al Lobo, mejor dicho, que es como se hace llamar Isaac Torres desde que está en busca de su caperucita.
Esta 'Crónica de un Zorreo Anunciado' ha empezado a tomar forma en el momento en que, una vez ya separados (chicas por un lado y los chicos por el otro), han tenido que elegir con qué tentador/a querían tener su primera cita. Marina, esa mujer que hay detrás de una mijita de bótox, reluciente como una patena, ha descrito así su primer contacto con los chicos: "Súper bien la primera noche con los solteros, son todos monísimos, súper buena gente, respetuosos, nos hemos conocido un poco. Con el que he estado más a gusto ha sido con Isaac", ha soltado sin tener en cuenta que su novio se celaba (de celos) encima.
Su novio, Jesús, la miraba con cara de gato con botas de 'Shrek' (cuya versión de carne y hueso es su amigo Diego) pasando el trago, mucho peor que un chupito de listerine. El sevillano ha reconocido que él ya le estaba viendo las orejas al lobo porque era el que más le preocupaba que eligiera para tener una 'First Date': "De Isaac lo que más me preocupa es que es un tío enrollado y yo sé que Marina no se guía por el físico, sí por la actitud y me preocupa eso realmente", decía complicado y aturdido, casi sin sentirse vivo por este dramón.
Marina ha explicado que lo ha elegido porque es el tentador que más tilín le hace, con el que más ha pelado la pava en la piscina y del que, probablemente, su novio vea más imágenes en una tablet diminuta ante la hoguera los próximos días: "Es con el que más trato he tenido, es un encanto de chico, me cae super bien", decía con la típica sonrisilla con la que una niña espabilada habla con el chico que le gusta, dos años mayor, en el recreo.
"Me lo esperaba, lo veo un chaval bastante guapo, mi novia tiene buen gusto. Yo sé que ella sabe cuáles son los límites, sé que los vas a respetar y espero que se quede como un amigo, ¿no?", ha dicho Jesús antes de ser cortado por 'El Lobo', Isaac, que ha acompañado su comentario con un gesto de 'shulito vacilón arroba hotmail punto com' que lo ha descolocado por completo: "Como amigo no sé, ya veremos". ¡Bum! ¡In your face!
Jesús iba notando como su miembro viril se le iba metiendo para adentro por los siete males que le estaban entrando por el cuerpo a ver como su novia se desorinaba de la risa con la vacilada facherita que le acababa de soltar Isaac a su novio. "Respóndele, ¿no?", le recriminaba el sevillano. "Es cachondeo y de momento es con el que más afinidad tengo, pero nada más", se ha excusado ella.
Sandra Barneda, la maestra de ceremonia y especializada en defensa contra las artes cornudas, ha recalcado lo increíble que resulta que Marina e Isaac ya tengan esa física y química que a los de las telenovelas les cuesta alcanzar unos mil quinientos capítulos: "Menos de 24 horas y ya tenéis códigos entre vosotros", decía la que por algo es finalista del Premio Planeta, porque sabe detectar donde hay un drama.
"Yo la miro y sé que la mirada nuestra que tenemos pues, hay algo", decía Isaac echándole un poquito más de leña a la hoguera (nunca mejor dicho). Jesús seguía sin dar crédito (después del covid tampoco es momento para invertir, y menos en su relación): "Estoy sorprendido, la verdad. Menos de 24 horas y no es capaz de serle tajante y decirle '¡no, eres mi amigo solo!' Pues me voy preocupado. El primer día y la primera en la frente, ¿afinidad en un día?", decía el primer pequeño mártir de la edición.
Marina ha usado la lógica aplastante de todo aquel que quiere tanto a su pareja como para tirarla por un precipicio de la infidelidad participando en ese programa: "Vengo a ponerme a prueba y, de todos, el que más me gusta es él".
Jesusito de mi vida (que es niño, como yo) ha recibido, incluso, el apoyo de uno de sus "shavale" (como se han llamado entre ellos los cinco 'One Direction' de Matalascañas), que ha dado la cara por él: "Te ha dicho algo y te has puesto a reírte en vez de defender a tu novio, a mí eso me sentaría fatal", ha comentado Hugo Pérez indignado por su amigo, al que no ha dudado en besar en la mejilla para mostrarle que están juntos en esta tortura china dominicana.
La sevillana ha cambiado de estrategia sin cesar de lanzarse miraditas chispeantes con su nuevo mejor amigo con derecho a roce, Isaac, y se ha hecho un poquito la 'vístima': "Siempre la mala soy yo. Jesús es muy inseguro, aunque él diga que no. Y claro que le ha molestado porque habrá visto al chico más guapo, más simpático y ya él se lo veía venir seguro". Jesús ha aclarado que lo que le ha molestado realmente ha sido ver la química que existe entre ambos y que su novia la haya priorizado a darle su lugar en el momento de la batalla de gallos por un collar de flores hawaianas.
Cuando creíamos que este cancaneo ya había acabado, ha llegado el segundo round de la mano de otra de las novias, Lucía, que ha descartado pedirle una cita al Lobo (para nada solitario) tras haberlo pactado con su amiga Marina, a la que le hacía más ilusión tumbarse en la arena con él: "Considero que ha encajado más con Marina, yo me río, somos como amiguillos para eso, para las penas y las alegrías, me hubiera gustado darle la cita a él, pero creo que tiene más afinidad con ella y que ahí yo no... Yo no tenía la misma conexión", ha reconocido dándole la cita a otro como tercer plato.
Y claro, ahí es cuando Jesús, que ha visto varios capítulos de series policiacas, ha empezado a atar cabos en función del alegato conformista de Lucía, la novia de Miguel: "Ha dicho que ella lo veía como un amigo... ¿Entonces mi novia cómo lo ve?" Ante estas palabras, Marina le ha pedido que confíe en ella y él lo mismo. Así han estado un ratito, en un círculo vicioso lleno de desconfianza, el "cuelga tú, no, cuelga tú" de los enamorados del mundo al revés.