Tras este penúltimo debate de 'La isla de las Tentaciones 3' podemos sacar como conclusión que: o bien las nuevas generaciones de salseosos televisivos necesitan una dosis de ubicaína o bien que esta pandilla de mendigos de protagonismo están dispuestos a lo que sea por alargar el chicle de su momento de gloria en televisión.
No es normal lo acontecido, 'I don't give credit' (no doy crédito) con las últimas tramas de traición, poliamor y sexo frenético tratadas en plató. Ha habido más sangre en unas horas que en 'Vikingos' (la mejor serie según Diego) durante todas sus temporadas.
Que si Hugo y Lara (los que nos hicieron volver a creer en el amor tras el shock nacional por la ruptura de Iker y Sara) cebando el programa de este miércoles asegurando que tienen dudas con respecto a su relación (espero que las dudas sean si poner petunias u hortensias en el arreglo floral de la iglesia), que si Lucía se ha liado con Isaac a espaldas de Marina dos días después de cortar con ella, que si Suso ha sido capaz de decir una oración coherente durante el debate... ¡¿Pero esto qué es?! ¿Acaso nos quieren volver crazys?
Marina ha asegurado que Isaac Torres, consciente de lo mal que iba a quedar ayer por la noche ante toda España, estuvo toda la tarde tratando de hablar con ella para disculparse antes de su cara a cara en directo con Lucía. Es más, el licántropo olfateó su rastro hasta conseguir localizarla y presentarse en la habitación del hotel donde la sevillana se alojaba.
Se descarta que Isaac se equivocara de puerta buscando la de Lucía y que el tentador formara parte de la plantilla del hotel y fuera a ofrecerle un cambio de sábanas a su alojada (¿Trabajar? ¿Qué es eso? ¿Eso se come?). Marina ha confirmado que 'papá' estaba ahí para implorar su perdón.
Lobo pidiéndole perdón a Marina
"Hemos hablado y, me da incluso pena por Lucía porque se está enchochando, pero en la conversación de esta tarde Lobo me ha dado a entender que estaba arrepentido", ha soltado el bombazo con frivolidad Marina mientras que Lucía se contenía las lágrimas al ver que estaba repitiendo el mismo patrón ("cortada por la misma tijera") que Manué, "el farzo", el experto en instrumento de percusión de la orquesta sinfónica del cepillo de dientes y la pasta.
Sin embargo, las declaraciones más heavys que han salido por la boca casi sellada por el bótox de Marina aún estaban por salir de su revólver, impactando directamente en el corazoncito de Lucía: "Isaac me ha dicho que pensaba en mí cuando estaba con Lucía", ha dicho apenas sin poder vocalizar por las cantidades industriales de crema que tienen los bollitos rellenos que la sevillana se ha puesto por labios para la ocasión.
Lucía, casi sin poder levantarse tras ver cómo Marina le estaba arrebatando la corona de reina de la edición que se había labrado a base de cuernos y dejar por los suelos al Jezulín de Ubrique caliente como el "quezo de un Zan Jacobo", ha intentado responder a su examiga asegurando estar muy "avergonzada" por lo que había hecho: jugar a 'La Isla de las Tentaciones', pero en España (básicamente).
"Yo no sabía lo que habían hablado, ¿qué digo? Si lo ha dicho, lo ha dicho... ¿A qué juega entonces de un lado para otro? Yo solo sabía que había hablado con Marina. A mí solo me había dicho que estaba bien conmigo...", admitía Lucía con MOOD (actitud) de Chenoa en chándal versión chirigotera, aparentemente afectada y decepcionada por la traición boomerang de Isaac Torres con ella.