Un bodorrio suele provocar el ataquito de pánico de los novios, y Tamara Falcó e Iñigo Onieva no se iban a quedar atrás por muy famosos que sean o por mucha sangre aristocrática que les corra por las venas. Y es que los preparativos de su enlace 2.0, el primero se fue al garete por su morreo festivalero, tienen al joven por calle de la amargura.
Prueba de ello es el numerito que montó el empresario el pasado miércoles 1 de marzo cuando salía de misa con su prometida. No sabemos si Onieva no tenía el día o había acabado hasta la peineta de que el sacerdote le leyera la cartilla tras su interminable confesión pecadora. Lo que sí tenemos clarinete es que la retoña de Isabel Preysler le plantó un careto de "Nos vamos callando, mi amor".
Tal y como cotillean en 'Informalia', el fiestero convertido en santurrón explotó contra los reporteros que lo esperaban, los mandó pirarse con la mano y les espetó cariñoso y amigable (nótese la ironía) "Ya sabéis que nunca respondo. Esto está siendo ya muy intenso. Se acabó. ¡Fuera!", según el citado medio.
Por su parte, Tamy de España, celeb desde que estaba en la barriguita de Isabelísima, atendió educadamente a los periodistas, con su característica sonrisa blanqueada, pero flipando ante el espectáculo de su futuro marido.
Fotos | Instagram de @inovieva