Fue a principios de semana cuando os salseamos la esperadísima reconciliación entre Tamara Gorro y Ezequiel Garay después de que estos hicieran pública su ruptura en el mes de febrero: "No hay mucho más que contar, quería que lo supierais vosotros primero, quería contarlo yo (...). Las segundas oportunidades dicen que no son buenas, yo voy a retar. Si la cosa sale bien, adelante. Si la cosa sale mal, no pasa nada", desveló la tertuliana a través de stories, a la vez que publicaba un fotito la mar de cuqui junto a su señor esposo en la que rezaba un romántico: "Mejor juntos".
La felicidad no le duró mucho a los tortolitos. La peña sedienta de movida no tardó en espetarles que todo lo que ambos habían vendido a lo largo de estos meses relacionado con su separación y los problemas de salud mental contra los que batallaba Gorro no eran más que simples mentiras. Esto ha provocado que el futbolista echara humito por cada orificio de su cuerpo y compartiera un comunicado cerrándole la boquita a todos los incrédulos virtuales que se dedican a escupir veneno.
"Nunca he hecho ninguna declaración sobre lo que lleva sucediendo estos meses. Pero es el momento de hacerlo, porque creo que todo tiene un límite y se está sobrepasando", ha comenzado a decir.
Uno de los aspectos que más revienta al Eze es que, en su opinión, tanto él como Tamara solo recibieron mensajitos de ánimo cuando ambos lo estaban pasando telita de mal mientras que ahora, solo le envían hate e insultos:
"Cuando mi mujer y yo nos separamos, recibía miles y miles de mensajes de pena, tristeza y apoyo, mucho apoyo... incluidos los medios de comunicación. Hoy estamos juntos de nuevo y se está diciendo que todo era una mentira y nadie se alegra. Estamos viviendo en un mundo al revés, en el que prevalece lo malo, sobre lo bueno. Nos alegramos cuando a las personas les va mal y criticamos cuando les va bien. Pongámonos de acuerdo por favor y demos ejemplo a esta sociedad y a las nuevas generaciones".
Por otro lado, el exjugador de Real Madrid no ha dudo en manifestar lo indignadísimo que se encuentra (y con motivo) de que se dude de la enfermedad de la colaboradora: "Quiero decir que estoy cansado de que se insinúe que la enfermedad de mi mujer es una farsa. ¿Tiene que suicidarse como por desgracia en otros casos, para que se sepa que es verdad? ¿qué narices está pasando en este mundo? Ojalá fuese una mentira, porque no le deseo a nadie lo que ella está viviendo desde años, y por supuesto yo también como compañero de vida. Pero como ahora empieza a sonreír, ya no vale, ya es mentira... Todo esto es lo que provoca que no se avance en las enfermedades mentales, la duda".
"Termino diciendo que respeto el trabajo y la opinión de cada uno (incluidos los medios) y así siempre lo mostré, pero la mentira no. Muchas gracias. Sed felices", ha sentenciado Ezequiel Garay. ¡Bravo!