En la hoguera de confrontación de ayer entre Manuel y Lucía hubo más tensión que en una conversación de Melendi con Iberia. Un zasca tras otro por parte de la reina heredera del trono de Melyssa Pinto hicieron del programa de ayer la emisión más vista gracias a 3.156.000 espectadores de audiencia media y el 24,4% de cuota de pantalla, según 'Barlovento Comunicación'.
Todo un fenómeno de masas tanto en redes sociales como en audiencias que me río yo del primer disco de los 'One Direction' o la foto del nepe de Chris Evans. No se puede decir que la noche fuera de "carricoshe" ni saliera crema "flesh vainí tutti fruti chocolate cacahué" para Manuel.
Sin embargo, Manolín el cariñoso ha hecho un balance de su paso por el programa muy positivo. ¡Normal! Si ha sido como cursar un año de conservatorio en danza española, castañuelas y palmas con Fiamita...
"Esta historia en 'La Isla de las Tentaciones' marcará para mí un antes y un después. Para todos habrá sido una edición de locuras y emociones. Es un programa al que se debe ir con el corazón y no con la cabeza. Gracias, y quédense con que solo tenemos un viaje en esta maravillosa aventura que tenemos por vida y tenemos que exprimirla al máximo", escribía en su perfil de Instagram Manuel desatando la emoción de Sandra Barneda en su casa leyendo como su alumno más rebelde (al que tuvo que castigar mirando a la pared sin ver imágenes) apenas ha cometido faltas de ortografía.
Lucía, por su parte, ha compartido en su feed de Instagram que por fin es ella la que está relajá (ya que la manita y la gambita de Manué estuvo más tensa que el culillo de un torero, Jezulín de Ubrique por ejemplo) desde que rompió su relación en el reality donde los golfos protagonistas no son los bellos accidentes geográficos de República Dominicana, sino los golfos que accidentan sus relaciones.
"Recuerdo ese día como si fuese hoy mismo.Desde ese momento mi vida cambió por completo y lo único que puedo decir es que soy muy feliz", ha compartido Lucía como título a una foto en la que aparece mirando a la nada (lo que le importa Manuel) y pensando en todo (lo que ha ganado desde que lo dejó tocando las palmas con Fiamita).
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