Corre la leyenda de que a los deportes (que son muy de "masho") como en el "furbo" también llegan los colores de la bandera LGTBI+ y que, por tanto, los que lo juegan también forman parte de la civilización, de la democracia, de la libertad y de, como cantaría 'La Casa Azul', de 'la revolución sexual'... Pero bueno, también se dice que hay más deportes además del que consiste en darle patadas a un balón, aunque 'Deportes Cuatro' siga sin verlo.
El excolaborador de 'Crónicas Marcianas' Enrique del Pozo ha vuelto a aparecer en el mapa televisivo, tras su exilio de la carta de ajustes en Italia, para formar parte del equipo de 'Viva la Vida' (o 'donde trabajan todos los que se fueron de Sálvame', que viene a ser lo mismo), donde ha contado que tiene un idilio amoroso con un deportista de élite (que no de la serie adolescente que emiten en Netflix).
El nuevo de la clase ha aprovechado el tirón de la docuserie de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', donde se rescataron unas imágenes en las que "el padre impío" le cogía el cuello y le levantaba la mano en directo mientras que Boris Izaguirre se llevaba las manos a la boca por la falta de elegancia y divineo de este incómodo momento: “Me fui porque pasé una gran depresión con mi madre por culpa de Antonio David Flores. Hubo ciertas personas que fuimos crucificadas por este señor", aseguraba Enrique del Pozo en su gran vuelta a la televisión.
El nuevo colaborador no sólo tiene más batallitas que José Antonio Avilés por los años de experiencia que le avalan, sino que ahora también ha demostrado tener una vida sentimental más vivaracha y entretenida que el cansino oficial de 'Viva la vida': ¡Enrique está saliendo con un maromo ibérico con músculos en 3-D que nadie sabía que existían! Rubén Sánchez te manda gratis de un guantazo al destino vacacional que quieras, volando, en primera clase... ¡y sin pagar extras por equipaje!
Enrique ha explicado que conoció a su actual pareja en su etapa como colaborador en 'Crónicas Marcianas'. Tras el percal que se encontró con un agresivo Antonio David Flores, se ve que el televisivo se acercó al cuerpo (literal) de seguridad, donde trabajaba Rubén Sánchez antes de su etapa como culturista.
“Con 22 años descubrí paralelamente mi vocación como culturista y se ha convertido con los años en una pasión, un oficio y un modo de vida que me ha llevado a participar en campeonatos nacionales e internacionales, ganar varias medallas y conocer a grandes colegas y profesionales de todo el mundo”, explicaba Rubén Sánchez al periódico digital 'Number 1 Sport'
Tras haber sido cazado por los paparazzis en actitud cariñosa con su novio en este mes del orgullo, Enrique del Pozo ha comentado en su programa lo liberador que ha sido para él salir con un chico que no le tenga envasado al vacío (por mucho apellido de jamón cocido que tenga) ya que recuerda haber estado con políticos, periodistas y famosos que le negaban el poder tener muestras de cariño en público por no querer ser identificado como miembro del colectivo.
Enrique asegura que le pone "muy cachondo" cuando Rubén Sánchez (que tiene nombre de tentador de 'LIDLT') le estruja entre tanto músculo y ha querido poner en valor la relevancia social de que un culturista no tenga miedo en mostrar abiertamente su orientación sexual: “Es el primer atleta culturista, internacional, con muchas medallas, que declara su homosexualidad en una profesión muy homófoba”, alababa el tertuliano al que es su pareja desde hace apenas un mes y medio.
Con medallas de oro como para pasar por cantante del coro de 'El Cigala', el reconocido culturista de 39 años ha declarado "sentirse privilegiado" por vivir en un momento donde expresar al libre albedrío su amor por un hombre no se considera un deporte de riesgo (a ratos): "Deseo seguir tan feliz como estoy con mi pareja. Vivo cada día el amor y me lo regalan", compartía Rubén en la revista anteriormente citada.
"El amor te viene a buscar. Al principio era un poco reacio por las etiquetas que solemos poner por el tema de la diferencia de edad, pero él me dijo que se había enamorado de mí y que teníamos que darnos una oportunidad. Además, hemos decidido mantener una relación normal y exteriorizar nuestros sentimientos”, añadía Enrique del Pozo ante la mirada recelosa de Avilés por haber perdido cuatro minutos de protagonismo en su programa.