Ponce siguió los consejos de Manuel Carrasco y María Patiño: "no dejes de soñar, amigo". Y así se hizo con el puesto number one del ranking de la pareja del año mientras que Ana Soria se hubiera conformado con ser la reina del baile de fin de curso junto al torero bebiendo ponche: Enrique Ponche.
Ahora, ante los rumores que apuntan a que Ponce no se puso las gafas de cerca y le dio (queriendo o no) a borrar a alguna foto del Instagram con su churri, el shippeo hace arrumaquitos entre la maleza y son cazados en el azaroso juego que tienen con los paparazzis.
En la foto principal, Peter Ponce (el que nunca jamás crece) parece decirle a su Anita: "ven aquí cuchufleta mía, que lo del borrón ha sido sin querer porque, aunque estoy en el curso online de inglés (forever I love you), aún no he llegado a la lección de 'delete', que ahora se que significa 'borrar', my love". No son imaginaciones mías, les he leído los labios...
Estas imágenes pelando la pava durante una excursión con amigos por Almería despertarían de la tumba a la mismísima Whitney Houston para ponerles banda sonora, aunque ellos son más del Carrasco, el Orozco, incluso de Cepeda y, seguramente, de todo cantante así más modernillo aflamencado.
Si iban con unos colegas y se han apartado del grupo para estar solitos... O había algo que satisfacer o algo que hablar en privado. ¡Derrama! ¡Crisis!
La verdad que esta sesión fotográfica es una oda al amor, una colección que podría estar colgada en cualquier galería de Nueva York como una visión millennial de 'Los Amantes de Teruel', pero con el toque western que le da Almería. Aunque, también es muy dramático el título solo al nivel de las mejores novelas turcas que le da 'Lecturas': "Amor contra viento y marea". Me encanta, aunque yo era más de las latinas como RBD.