Ser una fashion victim, mujer elegante a la par de delirante a la hora de vestir, debe ser 'agathador', por eso, la que fue esposa del actractivísimo Pedro J. Ramírez se ha ganado estas vacaciones de barquito y viento de levante que la lleve a todas partes. Así de relajada y cuasi momificada posa en Instagram con su nueva ilusión, Luis Gasset, durante un paseito en alta mar por la Isla de Cabrera.
A Ágatha, le encanta salir a pescar, y así lo demostró con su fallido romance con Luis Miguel Rodríguez que, a pesar de darse el batacazo con este idilio entre chatarra, se dio cuenta que a su edad hay que ir en lancha motora en esto del amor y pescar a otro, que el mar está lleno de peces. Ella es como Jesucristo, pescadora (que no pecadora, ese fue Pedro J.) de hombres.
Ahora, Ruiz de la Prada está como la protagonista de 'La casa de la pradera', tan feliz que se haría un vestido con las cortinas de su casa... Ver a la diseñadora tan monísima de la muerte con estas gafas de La Mosca Tse Tse más extrañas que las que te pone el oftalmólogo para recitar las letras esas del panel, y con un tipín que ni la Polly Pocket, debe ser duro para sus ex que ahora empezarán a valorar lo que perdieron. La pócima (no su hija, esa es Cósima) de la felicidad es provocar la urticaria de la envidia a los que pasaron de tu jeta, di que sí Ágatha.
Esta mujer, que nos enseñó en la portada de ¡Hola! que es una tontería llevar una sombrilla cuando puedes llevar una 'pamela anderson' que, además, te garantiza la distancia de seguridad en todo momento, derrocha corazones como los que diseña por doquier con su nuevo shippeo Luis Gasset, el empresario. No me extraña, de haber seguido con Luismi (el chatarrero), seguro que este le hubiera construido un barco que incapaz de llegar a la primera boya, menos consistente que las barcas del Parque de El Retiro (Madrid). ¡Este mola más!