Si Conchita le pusiera los cables de su polígrafo a Adele, lo reventaba con tanta mentirijilla piadosa o por lo menos eso cuentan las malas lenguas. Hace poco más de una semana, la diva de la canción subió un vídeo a su cuenta de Instagram avisando a sus fanáticos que se cancelaban sus conciertos de Las Vegas porque su equipito había pillado el fucking covid: "Lo siento, pero mi show no está listo. La mitad de mi equipo tiene la COVID-19 y es imposible hacer el espectáculo", expresó Adelita entre lagrimones.
Según 'Daily Mail', la artista se ha marcado una buena trola y el verdadero motivo de esta cancelación no es el coronavirus sino que la cantante anda de uñas con su churri el agente de deportistas Rich Paul.
De hecho, el entorno de Adele ha asegurado que esta se ha pasado los ensayos a lágrima viva e interrumpiéndolos en numerosas ocasiones para llamar a su noviete cual quinceañera que tiene que informar a su boyfriend hasta de la cantidad de oxígeno que respira al día.
"Adele se está quedando en la casa de Rich en Beverly Hills solo tratando de arreglar su relación porque las cosas se han vuelto tensas", informó 'The Sun', alegando que Adelita la enamorada cogió carretera y manta en cuanto anunció la cancelación de sus actuaciones y se instaló de okupa en el casoplón de Rich.
"Ahora están pasando tiempo de calidad juntos para tratar de salvar las cosas. Realmente se gustan, pero han sido unas semanas difíciles", ha manifestado el medio británico, sentenciado que la diva inglesa ya ha hecho el casting para la nueva temporada de 'La isla de las tentaciones' con el fin de arreglar su tórrido romance inestable a ritmo de shots de tequila y bailecito reggaetonero.
