Cualquiera lo diría viendo lo divinérrima que va siempre nuestra querida Taylor Swift. De entre todo el faranduleo que hay en la música comercial americana, creo que es con diferencia una de las chicas más discretas y apañadas – y monísima, claro está – que hay. Y eso que a la pobre le sacan los colores cada dos por tres…
Yo no sé si es que la fama ha dejado a esta chica totalmente avejuná, pero últimamente le ha dado por ir dando consejos en plan abuelilla entrañable. ¿Y a quién se los ha dado? Pues a un colectivo que rara vez hace caso de lo que le dicen: los adolescentes, esas hordas demoníacas y llenas de hormonas entre cuyas filas nos hemos encontrado todos en algún momento de nuestras vidas.
Deberíais vivir vuestra vida como si tuvierais 80 años y mirarais hacia vuestros años de adolescencia. ¿Sabes cuando papá te llama a las ocho de la mañana [ya hay que tener ganas de joooorobar] y te pregunta si quieres ir a desayunar? Como un adolescente dirías “anda ya, quiero sobar”. Como una persona de 80 años mirando atrás, te irías a desayunar con tu padre. Son esas pequeñas cosas que me ayudaron cuando era una adolescente a la hora de hacer decisiones de las que no me arrepentiré después.
A ver, vayamos por partes. ¿Qué padre tiene la mala idea de levantarse a las ocho de la mañana y encima despertarte a ti? Yo ya no soy una adolescente – por poco, ¿eh? -, pero desde luego, lo de ir con la legaña pegada a tomar un café al bar de la esquina tampoco es que me entusiasme demasiado. Aunque entiendo a qué se refiere nuestra Taylor y por dónde van los tiros.
Ahora bien, cuando tienes 16 años y andas más “pallá que pacá”, rara vez haces caso ni a la madre que te parió – quizá a ésa a la que menos -. Así que aunque la intención es buena, no sé yo si no caerá en saco roto. Y otra cuestión que me pregunto… ¿Desde cuando Taylor tiene edad para dar consejos de abuela cebolleta? ¡Pero si todavía tiene que tener dientes de leche! Ay, esta juventud...
Vía | Huffington Post
Foto | 1035 WEZL
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