Pongámonos en situación: imaginemos que soy un americano de treinta y cinco años, y que por casualidades de la vida, he tenido unos padres que me han puesto un nombre que años después coincide con el de un famoso (tan querido como odiado, dicho sea de paso) que no es otro que Justin Bieber; y como consecuencia de esta fatídica coincidencia, el señor Facebook decide directamente desactivar mi cuenta por considerar que he introducido un nombre falso.
La verdad es que en mi caso no he tenido que hacer mucho esfuerzo, pues hace poco que me han reactivado mi cuenta después de desactivármela sin previo aviso, y os aseguro que a uno se le queda cara de tonto al no saber el por qué. Pero si la razón es la de este pobre hombre, directamente me enfadaría (y con razón) por el mero hecho de que se hagan distinciones, y más aún cuando se trata de una red social en la que supuestamente todos somos iguales y deberíamos gozar de los mismos privilegios.
Vamos, que no tendrá el pobre suficiente con que le manden mensajes declarando su amor cientos de fans, o tener que soportar numerosas llamadas pensando que se trata del famoso personaje artista. En fin, que más vale que se lo tome con filosofía, que no todo ha sido malo, ya que como bien apunta el pobre hombre…
Lo único bueno de todo esto es que ahora todo el mundo pronuncia correctamente Bieber
Imagen | Perfil de Justin en facebook
Vía | europapress
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