Si eres uno de esos 45.000 fans, de verdad que lo siento mucho, porque tuvo que ser una verdadera guarrada. La banda británica, Take That iba a dar un concierto en Copenhague por todo lo alto, con todas las fans locas pegando gritos y deseosas de ver a sus ídolos de nuevo reunidos, enseñando cacha, lanzándose al público… vamos, un orgasmo musical como pocos. Pero su gozo en un poco porque al final, con un poco de suerte, lo único que pudieron hacer fue amigos indignados y llevarse a casa alguna que otra camiseta de recuerdo porque concierto lo que es concierto no hubo.
¿La razón? una intoxicación alimenticia que sufrió Robbie Williams y que le dejó tocado y hundido para el resto de la semana. La culpable de todo esto fue una langosta en mal estado que al principio tuvo que saberle requetebuena pero que según pasaban las horas le iba llamando más y más fuerte para que acudiese al baño a evacuarla y devolverla a su lugar natal: el mar a donde todo va a parar:
Fue una decisión horrible que nos dolió mucho. No habría sido correcto tratar de actuar sin él
Robbie Williams, que otra cosa no pero con sus fans se porta bastante bien, ha querido dejar constancia de que no fue una trola así que ha subido una foto a twitter en el que se le ve con una bolsa de suero en la cara y cara de no querer volver a probar marisco en un buen tiempo
Hola gente. Gracias por sus mensajes y el amor. No estoy completamente fuera de peligro todavía, pero me siento mucho mejor
Si se hubiese tomado un bocata como todo hijo de vecino, seguro que no le habría pasado nada.
Vía y foto | Robbie Williams en Twitter
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