Hace tiempo que Mariah Carey se convirtió en uno de esos personajes extravagantes del mundo del famoseo, casi más conocida en algunos momentos por sus idas de olla que por el último disco que había lanzado. Sin embargo, de vez en cuando se marca una de esas entrevistas que te hacen pensar que hay mucho más detrás del personaje de lo que parece, pero que lo que realmente vende es ir de diva sin demasiada chicha.
Complex le dedica su última portada y, las cosas como son, a mí me parece una horterada de aúpa. ¿Inesperada? En absoluto, estamos hablando de la mujer que protagonizó 'Glitter', pero será que una no pierde la esperanza de que se redima. Las medias de redecilla y el corsé lencero me hacen pensar en la carátula del VHS de una peli guarrona, de ésas que todavía quedan en alguna gasolinera de la España profunda.
Pero al lío, porque dejando la portada de lado, la entrevista no está nada mal. Ha tocado un montón de temas y ha dejado ver que detrás del look de rubia recauchutada y de gusto dudoso, hay bastante más de lo que el lego puede imaginarse así, a simple vista –aunque no puedan culparnos por ello–.
Una de las primeras preguntas que sale se refiere a 'Mariah’s World', el show que ha rodado para E!, la misma cadena donde se emite el reality de las Kardashian, y Mariah ha dejado claro que aunque estén en el mismo saco televisivo, ella no tiene nada que ver con la carnaza del "klan".
Algunos de nosotros hablan sobre otras personas, sobre lo que hacen, y la la la. Pero yo no soy ese tipo de persona.
También hace un repaso a su vida amorosa, concretamente a su relación con James Packer, su prometido, con el que no tardará en pasar por la vicaría.
Es un hombre de negocios privado y hay un montón de cosas sobre sus empresas de las que no puedo hablar. No me conviene.
Pero pasado el momento "mafia", también habla sobre cómo de fan suyo es el muchacho. Y lo muchísimo que a ella le encanta que lleve años obsesionado con ella y con su música. ¡Si hasta tiene listas de reproducción de ella para escuchar mientras viaja!
En realidad, si a él no le gustara mi música, entonces ¿cómo podría manejar estar con él cuando todo lo que hago es crear? Está bien.
Bueno, aquí quizá haya asomado la diva la patita un poco, la verdad. Que no me creo yo que esta señora esté todo el día con el papel pautado y el lápiz en la oreja para cuando le llegue la inspiración, vamos. Sin embargo, esta entrevista no es lo único jugoso de lo que nos hemos enterado últimamente.
Resulta que hace unos días, Mariah Carey entró en un restaurante al que antes había ido uno de los miembros de su séquito para que, según entrara, sonara una canción suya. Sí, como en las películas. De hecho, el grupo de Mariah secuestró el hilo musical del restaurante y sólo pusieron canciones de ella hasta que se fueron. Teniendo en cuenta lo terribles que son, imagino que a más de uno le amargaron la cena...
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