Lo de esta chica es totalmente contradictorio. Mariah Carey intenta darnos una imagen de pobre muchacha a la que la crisis también le afecta y por eso no puede pagar sus astronómicas facturas de cuidados extravagantes y excesivos (porque no puede pagarlos) de sus perros y luego, en cuanto se entera de que los mueble que Michael Jackson había adquirido para adornar la casa que ocuparía durante los conciertos que no pudo celebrar en Londres, hace todo lo posible por obtenerlo aunque ello implique gastarse casa un millón de dólares en el intento.
Sabíamos que la muchacha guardaba una gran admiración por el rey del pop, pero de ahí a enviar a su decorador personal a la casa de subastas que venderá los objetos de Jackson para que haga todo lo posible por conseguirlos creo que hay un paso. Porque igual va a ser cierto que en vez de andar mal de pelas, lo que le pasa a Mariah Carey es que es un poco agarrada y caprichosa. Primero que le pague al veterinario lo que le debe y luego ya veremos si le quedan ganas de que los perros le meen el bureau de Michael Jackson cuando lo tenga en el salón…
Vía | Europa Press
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