Nos puede gustar más, nos puede gustar menos pero que Lady Gaga es alabada por alguna estraña razón en las revistas de moda es una realidad que no negaremos jamás. El motivo está bien claro: le gusta innovar, le gusta transgredir y además se le da muy bien para que engañarnos. Por eso la revista Vogue, y en especial la edición italiana de L’uomo Vogue, ha considerado conveniente ponerla de portada para el número de Enero no sin antes dedicarle unas cuantas palabritas:
Lady Gaga es una cantante-escultura. Su metamorfosis son perfectas actuaciones o mutations estéticas más que genética. En su estilo hay algo de ciencia-ficción bárbara… su cuerpo no es un territorio que se pueda conquistar sino más bien un lugar desde el que poder contemplar todos los días una nueva actuación o un nuevo show.
E igual es por eso por lo que han decidido sacarle con un aspecto más biónico de lo que estamos acostumbrados a ver. Vestida (sí, esta vestida) pero con cables y maquinaría esparcida por todo el cuerpo para dar más realismo a las afirmaciones de la revista que corona a Lady Gaga como lo que siempre ha sido: una show-woman que sabe lo que se hace y lo que tiene entre manos y que disfruta con ello.
Y los resultados son devastadores, porque en tan poco tiempo nadie había sido tan disputado por aparecer en las portadas de las revistas, las cosas como son. Sea como sea, quien quiera ver el reportaje ya sabe dónde puede echarle un ojo aunque por lo que estoy leyendo, sus fans no han salido muy contentos con el resultado de la sesión de fotos. De fea para arriba es como lo catalogan…
Vía y foto | Vogue
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