Sin duda es todo un personaje. A día de hoy lucha por que todo el mundo la llame por el que ella considera su nombre: Gaga. Incluso ha convencido a sus padres para que la llamen así. Ya No queda ni rastro de la Joanne Stefanie que nació en Nueva York hace casi 23 años. El nombre ha conseguido ocupar a la persona, convirtiendo a Lady Gaga no solo en un alter ego, sino en todo un personaje con vida propia.
Dice ser GaGa desde hace cuatro años. Para ella no es un apodo y dice que quien piense que interpreta un personaje está muy equivocado. Ella empezó a utilizar el sobrenombre de Gaga para sus actuaciones pero nos explica que es muy sencillo: la música y su vida son una, así que Lady Gaga no es otra más. Es ella. Y no hay vuelta de hoja.
¿Cómo se ve a ella misma?
Ella se considera una artista de tomo y lomo. Dice que lleva la profesión en las venas y además desde bien pequeña. En su corta carrera musical, pero eso sí, muy intensa, está contando con el apoyo de su discográfica, que bien porque ve en ella todo un fenómeno mediático bien por que cree en ella, está diseñando para ella todo el proyecto. Y eso no es nada habitual teniendo en cuenta que, como quien dice, Lady Gaga es una artista recién llegada:
“Yo soy una artista de verdad. Y a una compañía se le convence cuando les ofreces un éxito asegurado. Yo lo tenía. En cuanto compuse Just Dance y Poker Face algo que hice en menos de una semana, supe que mi disco tenía futuro. Lo fundamental para triunfar en este mundo es crear canciones de pop perfectas. Yo ya tengo varias, y de la que más orgullosa estoy hasta el momento es de Paparazzi.”
Y la verdad, creo que sé donde radica la clave de su éxito. La veo demasiado convencida de lo que dice y yo no lo tengo tan claro. Únicamente se trata de otra cantante de canciones algo vanguardísticas, ritmos fáciles y para nada nuevos, por lo que la fórmula del éxito no es suya. No son canciones de Pop perfectas, son ritmos y bases de canciones pop que en su tiempo triunfaron y no tendrían porque fallar ahora.
Si a todo eso le sumamos una imagen rocambolesca, una polémica por una actitud desenfadad y rebelde, una vida intensa y sobre todo algo misteriosa, tenemos un cóctel perfecto en el que entran muchos ceros acompañados de talones bancarios.
Vive de su voz, sí, desde luego. Sus canciones son pegadizas, soy el primero que lo reconoce. Poker Face me impactó pero, siendo realistas, son canciones que están destinadas a tener una corta vida, a extinguirse. Llegará un momento en el que la gente se canse y no quiera saber nada más de ella y vuelva al cajón de las estrellas que quemaron pista en poco tiempo y luego desaparecieron.
Y ella misma reconoce que su voz no es su única fuente de ingresos. También hace la imagen. Dice verse influida por Andy Warhol y, a su manera, es lo que busca. No es tonta, sabe que debe crearse un mundo alrededor suyo, un mundo Gaga. Y Andy Warhol lo logró. ¿Quién no es capaz de reconocer un cuadro suyo, una fotografía? ¿No apoyó Andy Warhol también a grupos como La Velvet a modo de mecenas? Pues eso, que Gaga no es un ser manipulable.
Comercial, puede, pero no manipulable porque, hasta el momento lo único que veo positivo en todo esto es su fuerte personalidad y por ello las discográficas le dejan hacer lo que ella quiera (en parte porque todo lo que hace vende) y eso a ella le da fuerza y un poder que la caracteriza porque, como habréis podido observar, la chica no es modesta.
Realmente Lady Gaga es su propia obra. Esperemos que no se vuelva en contra suya.
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