Lo sé, se que es distinto y quizás más grave lo de Britney Spears que lo de Lady Gaga. Más que nada porque entre tú y yo sabemos que lo de Lady Gaga es al fin y al cabo parte del espectáculo (y seguro que alguno me contesta ¡Ah! ¿Lo de Britney no lo es?) y lo de la princesa del Pop en salir a la calle sin bragas al fin y al cabo. Pero sigue siendo llamativo como al fin y al cabo, para llamar la atención, todas recurren a lo mismo. A enseñar carnaza.
Y en otras, bueno, me lo espero, que ya se sabe que es lo último a lo que se opta cuando se quiere llamar la atención (y si no mirad a Dita Von Teese, que está enganchada a eso del despelote en público). Pero tú, Lady Gaga, la reina y señora de los trajes extravagantes, las plataformas imposibles, los tocados inimaginables y las coreografías rocambolescas… ¿Cómo osas a aparecer así en un escenario?
A mi personalmente me defraudó. Si hay algo que tenemos que reconocer a Lady Gaga es su tremenda habilidad para moverse por el escenario con auténticos armatostes enfundados dentro de ella que estoy seguro que pesan auténticas salvajadas. Todo sea por el show y por lucir diferentes y no todo el mundo es capaz de bailar y hacer una coreografía con unas plataformas de casi 20 cm como se las hemos visto en ocasiones.
Pero así, tal y como fue a Estocolmo para dar uno de sus conciertos, y como salió a darlo todo por las discotecas suecas hasta altas horas de la noche que no solo por el frío que tiene que hacer por estas fechas allí, sino porque de original no tiene absolutamente nada, me ha defraudado enormemente. Y es cuando me he parado a pensar: efectivamente llegará un momento en el que Lady Gaga o bien se canse de los modelitos imposibles, o bien se le agoten las ideas. ¿Habremos llegado al principio del fin de la creatividad de Lady Gaga o solo es un tiempo de relax en su estética que ha decidido tomarse?
Foto | Farandulista
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