A Ke$ha le debe pasar como a cierto cubano de casposo recuerdo que hizo unos buenos dineros de televisión en televisión. Y es que está claro que a la pobre la noche la confunde. Porque si no, no me explico como puede salir tan perjudicada después de dar tu último concierto en solitario, cuando tendría que estar más contenta que unas castañuelas. Aunque bueno, feliz sí que se la ve un rato…
El caso es que de esta guisa salía de un garito Ke$ha hace un par de noches, después de haberse tomado un par de carajillos y dos copas de licor café. La cara de poseída que lleva la amiga es la guinda del pastel, con esa caída de ojos que parece estar a punto de hacerle un regalito líquido al valiente que le sacó la foto.
Porque está claro que para arrimarse a esta mujer para retratarla en tan eufórico estado hace falta un látigo y el carnet de domador de leones por lo menos. Y la amiga del alma que la sujeta la frente para que no termine dejando la piñata en el próximo bordillo también los tiene cuadrados para poner esa mano a la altura de la boca. ¡Si parece a punto de entrar en erupción! Ay, Ke$ha, Ke$ha, que el levantamiento de barra fija no es un deporte olímpico. Mejor pásate a la pesca, porque con las merluzas que te amarras, te vas a forrar en la lonja.
Foto | GTres
Vía | The Skinny Chic
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