Cuando va circulando con un vehículo motorizado por una vía pública debe adecuar su velocidad a dicha vía: no puedes ir a toda pastilla como si fueras un piloto de la F1 (salvo Massa, que es más lento que el caballo del malo) pero tampoco puedes ir, como se dice en mi pueblo, pisando huevos. Eso es así en Madrid, en Tombuctu y en Los Ángeles pero parece que Justin Bieber no lo tiene muy asumido todavía y el joven artista y terror de las nenas iba a una velocidad peligrosamente lenta por las carreteras de la ciudad californiana.
El bueno de Justin Bieber no conducía un Seat Panda o un utilitario standard, faltaría más, sino que iba a los mandos de un Rolls Royce descapotable propiedad de su amigo el rapero Sean Kigston, que lo acompañaba en el vehículo durante su relajado paseo por la ciudad angelina. Ante este panorama, un Rolls a paso de tortuga conducido por un niño y con un tipo con pinta de rapero en el asiento de copiloto, una patrulla de la policía les dio el alto (¡alto a la Guardia Civil!) y les pidió la documentación tanto de ellos como del vehículo. Una vez que los agentes corroboraron que todo estaba en orden, dejaron partir a Bieber y Kingston pero no sin antes conminarles a darse un poco de vida al volante.
Pd: si, se que la noticia no es la bomba pero estamos a domingo. Comprendedlo, hamijos...
Vía | La Voz Libre Foto | kindofadgraag's Flickr
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