Que a Jennifer López le gustan más las joyas que a un tonto un lápiz no es algo que nos pille de nuevas, que no todo el mundo coge y se pone a hacerse fotos con sus abalorios y sus colgantes para después subirlas al Twitter y presumir como un pavo real de ellas. Y mucho menos posa con sus hijos para Gucci (ahí es nada) también vestida como quien va a comprar calabacines al mercado de los jueves. Nada, nada, que no nos engaña: Jennifer López es una pija y le encanta reconocerlo. Y que leches, que si tiene dinero y puede permitírselo pues que lo haga, que el resto porque no tenemos pero si no vete tú a saber que pasaba.
La última de todas las campañas mega-posh que se ha marcado, ha sido como no podía ser de otra forma para Tous y su campaña Primavera-Verano 2011, en donde ella aparece la mar de maquillada con un estilo así como muy de restaurante chino, con sus palillos, su moño oriental, su para-sol y mucho colorete en las mejillas para ir guapa por la vida. Eso y joyas, por supuesto. Que lo que ha venido a promocionar no son los pintalabios sino la nueva línea de joyería de la firma para esta temporada.
Y ella tan feliz, que con una fotógrafa como Ellen von Unwerth al mando, unos vestidos que le quedan que ni pintaos y encima la maquillan y la ponen hasta arribita de joyas pues como para ir quejándose de ello ¿verdad? Y es que últimamente las firmas de haute-coture parece que han visto en ella todo un filón en el comercio del lujo y la moda más exquisita y la muchacha está que no para de arriba a abajo posando como solo ella sabe y ganando un pastón. Si os lo tengo dicho, que esto de la crisis afecta a quien quiere...
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