Yo creí que con la edad que va teniendo una ya me sorprenderían cada vez menos cosas, pero justo al contrario. Enterarse de que James Blunt no sólo canta a la paz, la consigue. Me explico, me explico, que no me he vuelto loca (no más de lo necesario, desde luego).
Todos sabemos del pasado de James Blunt como militar del país de su graciosa majestad, orgulloso oficial antes de dejarlo todo y engancharse a la guitarra, a la canción melódica y a salir con modelos. Pues resulta que el bueno del muchacho, en una entrevista en la BBC nos confirmó lo que no sabíamos ni imaginábamos: él evitó la III Guerra Mundial. Sé que es un tema extremadamente serio, pero al oir la frase, se me vino a la mente la película rodada en Almería que protagonizó John Lennon: “Cómo gané la guerra”, y ese Beatle con una paloma de la paz en el casco.
Me vuelvo a poner seria y os lo cuento. La cosa vino porque él, que dirigía el batallón británico en Kosovo, desobedeció una orden directa de atacar a los rusos que ocupaban el aeropuerto, jugándose un juicio militar en el que se le caería el pelo todito. La marimorena se habría montado. El se negó a “rendir por la fuerza” a los 200 cosacos cabreados que estaban allí y un general lo apoyó. Y todo muy bonito, de hecho pasados unos días ya se hicieron amigos de los rusos y compartieron viandas y todo.
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