La verdad es que Londres, estos días, está muy pero que muy ajetreada y movidita. Se han juntado dos buenas piezas de la farándula en la capital londinenese: Britney Spears y Lindsay Lohan. Y os podéis imaginar que más de uno está rezando porque coincidan juntas en alguna presentación o fiesta y la líen parda. ¿El motivo de que haya cruzado el charco? pues que Britney tiene una serie de ocho presentaciones en la O2 Arena de Londres como parte de su gira Circus en Europa.
Y claro, aprovechando que está allí pues quiere visitar sus monumentos, sus lugares emblemáticos, conocer sus costumbres, sus gentes y, como no, a la reina. Exacto: quiere conocer en persona a la reina. Dice que se sentiría bastante defraudada si, habiendo estado en Londres, no hubiese podido mediar palabra con la monarca. Según los patrocinadores de la gira, a los cuales los británicos entrevistan a todas horas:
“El itinerario de Britney ha sido loco desde el minuto en que llegó a Gran Bretaña, pero de ninguna manera quiere irse sin haber visitado a la reina. Le ha dicho a sus colaboradores que está desesperada porque sus hijos conozcan la realeza. Ama todo lo que significa la familia real, así que sería un sueño hecho realidad”.
Pero habría que preguntarle entonces a la reina si ella quiere conocer a Britney Spears o por el contrario prefiere mantenerse alejada de ella y seguir siendo solo un sueño incumplido de Britney. Porque vamos, con lo que cuesta conseguir audiencia con la reina, no me imagino yo a Britney, entre concierto y concierto, con un crío en los brazos y otro de la mano, de visita en el palacio real a tomar té con la reina. Como si de una atracción de feria se tratase el ir a verla. Un monumento más.
Pero claro, sería toda una lamentable pérdida de tiempo el haber estado en Londres y no haber podido charlar con la reina. Es más, eso fue lo que pensé yo cuando estuve allí, qué porque no intentaba que me concedieran una entrevista con la Reina, que puestos a pedir, ya que acababa de venir de Picadilly, según la guía solo me quedaba tomarme unas pastas con la Reina y ya podría decir que había visto Londres en su totalidad.
Pero quién sabe, igual la reina es una fanática del “Baby one more time” y es ella la que se muere de ganas de que Britney le haga un pase privado…
Vía | El Universal
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