Poproseros, este fin de semana nos hemos ido de concierto. Y es que con eso de que Rihanna comenzaba gira por España, pues nos dio la venada a unas amigas, mi hermana y a mí, de plantarnos en Barcelona en plan viaje exprés a ver qué tenía que ofrecer la de Barbados. HE de confesar que a pesar de que no soy muy fan de la chica, tiene canciones que me gustan y, como estrella internacional que es, pues el espectáculo prometía. Pues, al final resultó, que nada más lejos de la realidad, así que os cuento sobre el asunto...
Mal empezamos Rihanna...
Sí, poproseros, el asunto del concierto de Rihanna acabó siendo un verdadero despropósito, ya os lo voy adelantando. Vamos que después de pagar 60 € por entrada, irnos a la ciudad Condal, al Palau Sant Jordi y mucho más, lo del concierto acabó siendo una de esas situaciones en las que se queda todo tu gozo en un pozo.
Aunque la cosa prometiese, parece que a ella mucha gracia no le hacía tener que dejar la juerga que tenía en el hotel con Cara Delevigne como bien quedaba constatado en su Instagram, para tener que cantar a un público que esperaba ansioso. Y es que después de tener a un par de DJ poniendo hasta "Paquito el Chocolatero" casi casi (no, tampoco fue eso, ellos se lo curraron), haciendo tiempo, el concierto tenía que haber empezado entre las 9 y las 9:30, sin embargo no lo hizo hasta las 11 de la noche. Sí, la diva se retrasó más de hora y media en salir a escena, por lo que podréis imaginar los abucheos eran tremendos, a los cuales claramente me uní, porque hay que tener cara dura.
El concierto... ese concierto...
Una vez que, por fin, Rihanna salió a escena parecía que la cosa se podía arreglar. Un escenario bastante imponente, lleno de luces y hasta con secciones de fuego, pero tampoco salvó el asunto.
La primera hora de concierto fue un rollo. Así de claro, lo he dicho. Entre que las canciones no me llamaban la atención y las pocas ganas que le estaba echando, casi que preferimos colocarnos al lado del bar y charlar un rato. De hecho, hasta ella misma se aburría y cuando no le apetecía seguir cantando lo hacían los coros por ella. Para mí, que se le fue la mano con las cervezas de la barbacoa... ahí dejo eso.
El espectáculo al final tampoco ayudó mucho porque tan sólo había seis bailarines y no me pareció para tanto el baile.
Luego hubo un momento muy gracioso, cuando dice al público...
¿Os acordáis de esta mierda?
Y en ese momento comenzó a cantar 'Umbrella', el éxito con el que realmente nació como estrella. Vamos, que el comentario sobraba cosa mala.
Después de esa primera hora ya llegaron las canciones más conocidas, donde parece que el público se animó mucho más, pero entre sus constantes cambios de vestuario donde dejaba al guitarrista marcándose unos solos de hasta 10 minutos y demás, como que la cosa seguía sin brillar.
Vale que 'We found love' fue tremenda, 'Stop the music' bueno... 'Only girl' correcta sin más o 'S&M' bastante bien, de las que más me gustaron.
Y llegó el final...
Evidentemente el final llegó con la canción de 'Diamonds', a eso de las dos horas de concierto. Sí, el final fue bueno, pero tampoco apoteósico.
Supongo que habrá gustos para todo y que los más fans perdonarán todo, sin embargo para que veáis que no soy la única que opina que el espectáculo dejó mucho que desear, podéis leer en la revista Rolling Stone comentarios como el de Xavi Sancho que dijo...
La de Barbados ofrece en Barcelona un show extraño, a medio camino entre el saboteo del sistema de casta de las divas y el ‘vaya putada tener que subirme al escenario, con lo bien que estaría yo tuiteando’.
Conclusión, Rihanna, maja, a mí no me pillas en otra de estas, cuánto deberías aprender de otras...
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